Spore es un videojuego para ordenador lanzado por Maxis en 2008. Muy en la línea de la compañía, es un juego de simulación y gestión, pero con un concepto bastante curioso.
En él, empiezas siendo una célula muy simple en el mar, y a base de comerte a otras células, obtienes adn, que se traduce en mejoras para tu especie. Cuando alcanzas un cierto nivel, puedes salir a la superficie y volverte terrestre (te salen patas, literalmente) Allí, interactúas con otras especies de manera similar y vas adquiriendo inteligencia hasta que pasas al estado tribal. En este estado has de vértelas con otras tribus de tu misma especie. En estas dos fases puedes optar por ser agresivo, social, o combinar un poco ambas cosas. Cuando te has aliado con las demás aldeas, o bien te las has cepillado simplemente, pasas a la fase de civilización, donde compites con otros imperios de tu especie en el planeta donde estés. Esta fase equivale a nuestro estado evolutivo actual. Cuando consigues unificar todo el planeta bajo un gobierno único, puedes construir una nave espacial. Y aquí es donde empieza el juego de verdad, ya que lo anterior lo puedes liquidar en dos horas, mientras que lo que queda por delante es virtualmente infinito.
Cuando obtienes la nave espacial, te conviertes en el piloto de la misma, y pasas a viajar por planetas, conociendo otras especies inteligentes con las que te puedes aliar o enemistar, en cuyo te verás obligado a comer o ser comido para seguir adelante en el juego galáctico. Porque de eso va esta parte, de reclamar, conquistar o comprar planetas para aumentar tu poder. Comercias con distintos tipos de algo llamado especia (Melange!), que se producen en tus planetas y en los de los demás, pero cada planeta sólo produce de un tipo, y según donde vayas, te pueden pagar una miseria o una fortuna por un lote de especia de cada color. Además, si no eres enemigo de otros imperios, puedes realizar misiones para ellos. Éstas pueden ser ir a tal planeta y conseguir un artefacto, o terraformar un planeta para ellos, o atacar en tal lugar, o ayudarle con una rebelión doméstica, o frente al ataque de otro imperio galáctico, o frente a un desastre ecológico... Realizar estas misiones te da puntos de aliado con ellos, y por supuesto, dinero. Con éste puedes adquirir mejoras para tu nave (como un motor con más alcance, más capacidad de vida y batería, más bodega y por supuesto mejores armas) elementos de terraformación y demás.
En cada planeta hay una cadena biológica compuesta por nichos vegetales y animales que puedes llenar abduciendo seres vivos de otros planetas y soltándolos en su nuevo hogar. De esta forma, combinando estas acciones con el uso de generadores de atmófera o elementos para enfriar o calentar el planeta, consigues que éste alcance niveles mayores de terraformación, lo cual permite constuir más ciudades, y por tanto producir más especia del color del que haya en ese planeta. Y en cada ciudad debes elegir qué edificios colocas, y según cómo coloques las fábricas, viviendas y sitios de ocio, produce más y son más felices.
Este estado del juego es virtualmente infinito ya que la galaxia está poblada por cientos y cientos de sistemas estelares al menos en cada brazo. Siempre encontrarás más imperios galácticos con los que interactuar conforme avances. Todo esto además se enmarca en un argumento principal en el que hay una raza super fuerte en el centro de la galaxia, a la cual deberás erradicar, los Grox. Pero vamos, que para eso puedes haber jugado varios cientos de horas con tranquilidad según lo que estimo yo, que no llevaré más de 15 de juego en este estado.
El juego tiene al menos dos referencias curiosas a la obra 2001. Cuando tu especie se vuelve inteligente, uno de los especímenes agarra un palo y lo lanza al aire mientras suena de fondo "Así habló Zaratustra". En cualquier caso, en lugar de transformarse en una nave espacial, el palo le cae en la cabeza y pasa a ser un evento cómico, pero bueno. Por otro lado, cuando avanzas puedes comprar un monolito, que si lo pones en un planeta, acelera la evolución de las especies autóctonas.
Seguro que se me olvidan cientos de detalles curiosos del juego, como por ejemplo que aunque tú te alíes con varios imperios estelares, entre ellos puedes llevarse a tortas, y que ambos te pidan que ataques al otro, poniéndote en una situación la leche de divertida. Además, está preparado para que cuando entables contactos con las razas estelares, algunas sean humildes y amistosas, y otras no dejen de llamarte ser inferior y débil hasta que les demuestres que eres competente. También puedes presentar ante ellas la primera vez como "Vengo en son de paz" o "Te voy a dar p'al pelo, así que prepárate" o "Soy el grandioso Imperio X, inclínate ante mí y no oses levantar la nariz del suelo". En fin, una delicia de juego. Creo que igual un día hasta me lo compraré legal, lo merece.
sábado, 24 de enero de 2009
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1 comentario:
Parece que es verdaderamente interesante, seguramente algún día me haga el ánimo y juegue...
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