Hace 50 años se imaginaba un nuevo siglo lleno de robots domésticos, viajes frecuentes y cotidianos al espacio, etc... La realidad nos ha revelado la equivocación de entonces: nunca se puede saber lo que va a pasar por muy bien que bases tus extrapolaciones, tanto más cuando éstas son alegres fantasías. También es cierto que en los años 60 el clima era absolutamentre distinto del actual, había una esperanza y una cantidad de energía puesta en el futuro como no ha vuelto a haber desde 1980. La Guerra Fría fue un período lamentable en muchos aspectos, pero si tuvo algo bueno es que los americanos y los rusos tenían un rival directo al que intentar pisotear con la carrera espacial, que justificaba perfectamente inversiones a fondo perdido que hoy no serían aceptables para ningún político. Y teníamos aún a los grandes divulgadores ahora desaparecidos que entusiasmaban a la gente llana, no sólo a la comunidad científica: Carl Sagan, Werner von Braun, Isaac Asimov... Cualquier cosa parecía posible en el lejano año 2001, en el que Arthur C. Clarke nos imaginó colonizando el sistema solar activamente, con una enorme estación espacial giratoria en órbita al planeta, avanzadísimas inteligencias artificiales, o sistemas de sueño criogénico para salvar las grandes distancias del espacio. No digamos ya en el inimaginable año 2010. Inimaginable, sí, y aún así especularon para hoy como quiero hacer yo para pasado mañana. Sólo el tiempo dirá si acierto en algo.
Espero poder empezar pronto a sacar estas entradas de vez en cuando, pero necesito algo de tiempo para pensarlas y redactarlas correctamente. Estoy abierto a sugerencias de temas puntuales de los que hablar.
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