jueves, 4 de septiembre de 2008

El horizonte marciano

Ver el horizonte en Marte debe ser algo especial: dado que el planeta es de menor diámetro que la Tierra, éste parece estar mucho más cerca, dando la impresión, se supone, de un planeta en cierto modo más íntimo y acogedor, lo cual contrasta con su atmósfera hostil, baja en presión y en oxígeno, inútil (hasta que estemos en condiciones de terraformarla) para permitir que vivamos allí al aire libre.

En estos momentos sólo hay tres sondas allí que puedan ver el horizonte por nosotros. La más reciente es la Phoenix, que llegó en mayo de este año y es estática. Las otras dos, los rovers gemelos Spirit y Opportunity, llevan desde inicios de 2004 y sorprendentemente siguen operativos. Es llamativo porque estaban pensadas para funcionar sólo por tres meses y llevan más de 55 meses, sobreviviendo con sólo algunos pequeños contratiempos.

Phoenix mandó hace poco un imagen del amanecer en el círculo polar norte, (primera imagen) donde ahora es verano. Eso quiere decir que en el día marciano (24 horas y pico) el sol se oculta durante poco más de una hora, casi un sol de medianoche como tienen en parte de Escandinavia en verano. En teoría ha terminado ya con su misión de 90 días, pero mientras funcione, los de la NASA desean aprovecharlo, así que van a seguir haciendo pruebas.

Los otros dos, también de los americanos, han estado moviéndose (de forma autónoma, nadie les va guiando a cada instante, aunque se decide la dirección desde el JPL) en las zonas que rodean sus lugares de aterrizaje. Algunos de los accidentes geográficos cercanos fueron bautizados en honor a las dos tripulaciones de transbordador muertas en la historia, primero el Challenger, y luego el Columbia (esta última la recuerdo, y con mucha tristeza) El Opportunity ha pasado dentro del cráter Victoria casi un año, desde septiembre de 2007, y ha salido hace pocos días siguiendo sus propias huellas (segunda imagen) para escapar de las paredes arenosas que habían hecho a algunos temer que ese sería su lugar de reposo hasta que alguien lo rescatase para un museo de exploración espacial.

Ojalá la generación que llega ahora sea la que algún día pisará Marte por primera vez y podrá ver su rojo horizonte.

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