Claro que podía ser peor: un profesor de electrónica de la carrera nos contaba este año pasado que cuando él estaba en la universidad hacían competiciones para ver quién encontraba el programa que, una vez arrancado en uno de los antiguos pseudo-ordenadores (que ya eran viejos por entonces), lo hacía correr más rápido. Sí, en plan lavadora que se desplaza a base de bamboleos. De hecho eran de tamaño lavadora por lo que decía. Y nosotros jugando con servos y sensores de iluminación, ¡qué envidia!...
Otra ocurrencia del mismo calibre es ésta, aunque con otro tipo de música:
Freude, schöner Götterfunken...
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