lunes, 1 de septiembre de 2008

Renovando maquinaria

Finalmente me he hecho el ánimo y he jubilado mi viejo portátil HP Pavilion zt3000 (primera imagen) que ya ha estado cuatro años sufriendo mi uso y abuso indiscriminado. Se trata de una máquina que ha cumplido con su función a la perfección, que conste. El eje de su disco duro se fastidió a los dos años y medio; monumental cabreo de por medio, le puse uno nuevo (y de mayor capacidad) tras perder todo lo que tenía almacenado. Unos meses después me compré un disco externo para tener copias de seguridad de lo importante, por aquello de no caer dos veces en la misma piedra. El botón de encendido me dió algo de guerra, pero una vez que le tomé el truco, encendía bien (todo es cuestión de darle con efecto) Pero eso, su evidente falta de memoria ram para correr programas modernos más exigentes como los de diseño 3D, el hecho de que la unidad de dvd empezara a grabar sólo cuando su excelencia tenía a bien, y que un día la pantalla empezó a oscilar entre negro total e imagen correcta a voluntad (quizá porque el mecanismo que detecta cuando cierras la tapa está de aquella manera...) me ha decidido. Olvidaba el hecho de que cuando se sobrecalentaba (es el problema de tener las rejillas abajo y no atrás) aceleraba tanto el ventilador que parecía que iba a despegar.

Así que aquí ando ahora con otro HP, un Pavilion dv5 (segunda imagen), una bestia parda por llamarlo de alguna forma, acostumbrándome a un teclado nuevo, y al servicial hasta el aburrimiento windows vista, que al menos en el aspecto gráfico está muy bien.

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